Esta fruta exótica con su olor seco y polvoriento fue el símbolo personal de Romano Maximiliano I y Catalina de Aragón, ambos gobernantes de Sicilia.
Este perfume fresco encapsula la vitalidad de la vida siciliana con todos sus contrastes dramáticos.
Creado para Ortigia por el perfumista líder en Italia, Lorenzo Villalloresi.